A finales del año 1615 se publicaba la segunda parte de El Quijote de Cervantes. En realidad era la tercera, porque entre la famosa primera y ésta otra, se había colado El Quijote apócrifo de Avellaneda.
El caso es que es en ésta segunda parte escrita por Cervantes en la que se habla de un episodio en la cueva de montesinos, en Ossa de Montiel, donde Don Quijote encuentra murciélagos.
Cinco siglos después, sigue habiendo murciélagos. En este vídeo y este otro se pueden reconocer los Miniopterus schrebersii en el techo de la cueva. Este folleto cita las 4 especies que viven en la cueva: Miniopterus schreibersii, Rhinolophus ferrumequinum, Rhinolophus euryale y Myotis myotis.
El caso es que es en ésta segunda parte escrita por Cervantes en la que se habla de un episodio en la cueva de montesinos, en Ossa de Montiel, donde Don Quijote encuentra murciélagos.
Cinco siglos después, sigue habiendo murciélagos. En este vídeo y este otro se pueden reconocer los Miniopterus schrebersii en el techo de la cueva. Este folleto cita las 4 especies que viven en la cueva: Miniopterus schreibersii, Rhinolophus ferrumequinum, Rhinolophus euryale y Myotis myotis.
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